28/5/19

VIDAS ASOMBROSAS...


En Ciudadanía estamos trabajando sobre la HISTORIA del  VOTO en nuestro país. Y como sabemos, las mujeres recién en 1947, pudieron acceder al mismo.
Por eso, en esta tarea nos proponemos conocer la VIDA  de una de las primeras MUJERES que comenzó a hablar de DERECHOS…. 
¿TE PREGUNTARÁS POR QUÉ?
 Es que... conocer su historia nos permite reflexionar y VALORAR todo lo que HEMOS LOGRADO... 
MÁS ALLÁ DE LO MUCHO, QUE COMO NACIÓN, AÚN  NOS FALTA.

ELLA ES: 
"CECILIA GRIERSON"

La señorita Grierson odiaba el piano: “una hora perdida” se decía, cada vez que la obligaban a practicar. Los que tenían que escucharla, la pasaban todavía peor... ¡qué mal tocaba el piano esa muchacha!

En cambio había que verla en la estancia de sus padres, en Entre Ríos, rodeada de chicos, jugando a la maestra. En ese papel sí, que se sentía cómoda.
Tan cómoda que a los doce años Cecilia recibió su nombramiento oficial como maestra de escuela rural. Hoy puede parecer extraño, pero en ese entonces, en Entre Ríos, la mayor parte de la población era analfabeta. No resultaba fácil para el gobierno encontrar gente que supiera leer, escribir y estuviera dispuesta a enseñar.
El papá de Cecilia había muerto. La mamá, cargada de hijos, pasaba por una situación económica muy mala. Cecilia sabía enseñar y le gustaba. A los doce años no podían nombrarla directora. De modo que la escuela, fue la estancia misma y la directora, fue su mamá; aunque de hecho la que se ocupaba de todo era la pequeña. Así, con los dos sueldos, ganaban para mantener a la familia. Asombrosamente... la escuela funcionó muy bien.
Pero cuando fue un poco más grande, Cecilia tuvo conciencia de lo mucho que le faltaba para ser una maestra con todas las de la ley. Y decidió ingresar a la “Escuela Normal”, que recién empezaba a existir. Ella misma cuenta que para entonces sabía tres idiomas, pero no mucho castellano y tenía muy mala ortografía. Como era descendiente de irlandeses y escoceses , sus padres, le habían enseñado a leer y a escribir en inglés.
Cuando se recibió, tres años más tarde, Sarmiento, que era presidente de la República, la nombró directora de una escuela y profesora de la misma “Escuela Normal”, aunque todavía no había cumplido los dieciocho años. Otra vez hay que entender, qué difícil era encontrar maestros: cuando Cecilia dio el examen para entrar en la Escuela Normal se habían presentado solamente diez chicas.
Muy pronto, Cecilia tuvo que renunciar a los dos cargos  y conseguir un empleo  como maestra nocturna: su madre había muerto y ahora tenía que hacerse cargo de sus hermanitos. Haciendo de mamá de día y trabajando de noche para mantenerlos, los años siguientes pasaron tan rápido  que ni tuvo tiempo de contarlos.
En la Escuela Normal, Cecilia se había hecho una gran amiga: Amelia Koenig. Ahora, su amiga estaba muy enferma. Los médicos no encontraban la forma de curarla.Si yo misma fuera médica, pensaba Cecilia, "quizás podría descubrir cómo salvarla". Tenía veintitrés años cuando trató de inscribirse en la Facultad de Medicina.
No fue sencillo,  aunque... ¡Cecilia tenía una ventaja!: antes que ella, otra jovencita había luchado en los tribunales para que la dejaran estudiar Farmacia, ¡y había ganado el juicio!. Ahora el Decano fue más prudente y se limitó a informarle (a Cecilia) que  no podía ingresar porque no sabía LATÍN.  Claro, el LATÍN se enseñaba sólo en el Colegio Nacional, al que únicamente asistían varones. Pero... a nuestra futura médica,  no la iban a parar tan fácil. Exigió que la inscribieran  como condicional y se puso a estudiar LATÍN: dos años después, presentaba los certificados  e ingresaba a MEDICINA.
Por supuesto, Cecilia era la única estudiante mujer. No le importaba  que los demás estudiantes y profesores la miraran con desconfianza. Ella seguía  adelante sin hacer caso  de tonterías. A los dos años  se había ganado  el respeto  de todo el mundo  y la nombraron ayudante  de una materia de la carrera.
Pronto se dio cuenta que las enfermeras eran pobres mujeres que hacían lo que podían, pero no tenían ningún conocimiento. Y como Cecilia era maestra de alma, antes de recibirse, fundó la primera  “Escuela de Enfermeras del país”.
 Por fin, a los treinta años, consiguió recibirse. Lamentablemente, el título universitario no le sirvió para salvarle la vida a su querida amiga Amelia, que murió pocos años después.  En cambio, la República Argentina  tenía por fin la primera médica.
Pero si hoy Cecilia, es parte de este libro, no fue sólo por la relativa hazaña de haber estudiado  medicina cuando ninguna otra mujer lo hacía.  Ya que...Tal vez por ser mujer, nuestra médica,  empezó a prestar atención  a muchos aspectos de la medicina  que sus colegas no tenían en cuenta. Por ejemplo, a la Kinesiología: fue de los primeros en darse cuenta de la importancia que la gimnasia y los masajes tenían  en el tratamiento de los enfermos. Siempre siguiendo su vocación  docente, fue ella la que inició la primera  Escuela de Kinesioterapia.
También se interesó en el tema de los primeros auxilios, sobre todo, en casos de accidente y de guerra. Adelantándose a lo que hoy hacen los paramédicos, Grierson insistió en que los enfermeros debían tener más conocimientos médicos, para poder responder con eficacia en el momento de un accidente. Tuvo que aprender mucho  de cuestiones militares para dedicar un capítulo  de su libro “Primeros auxilios en caso de accidente”, a lo que tienen que hacer los enfermeros en caso de una batalla.
El gobierno se dio cuenta de que una mujer tan emprendedora merecía apoyo, y varias veces  fue enviada Grierson a Europa  para enterarse de los últimos adelantos científicos.
 De allí, trajo la idea que en ese entonces provocó gran revuelo, de que a los chicos hospitalizados había que darles juguetes y tratar de mantenerlos en un ambiente cálido y alegre. Hasta entonces, los juguetes se consideraban antihigiénicos. Además, Grierson fundó la primera Escuela de Sordomudos,  el primer Instituto para Ciegos; y el primer Gabinete Psicopedagógico que existió en el país.
En Londres, fue nombrada  vicepresidenta  del Congreso Internacional de Mujeres. Al llegar  a  nuestro país, fundó  también el CONSEJO DE MUJERES y su lucha por los derechos contagió a muchísimas personas que  siguieron sus ideas,  comenzando a exigir, entre tantas cosas:  el SUFRAGIO FEMENINO.
Pero su enorme voluntad no pudo con todos lo prejuicios de la época.  Cuando Grierson quiso enseñar obstetricia a las parteras de la Facultad de Medicina, el consejo de profesores prefirió no darle el cargo a nadie, antes que nombrar profesora universitaria a una mujerTampoco aceptaron nombrarla jefa  de sala, ni mucho menos  directora de un hospital.
Cecilia murió a los sesenta y cuatro años… En ese mismo año,  1934, había diez mil quinientos médicos  en el país, de los cuales, solamente cien eran mujeres. Hoy, más de la mitad de las personas  que se inscriben en la facultad de Medicina,  son mujeres.
La Escuela  de Enfermeras “Cecilia Grierson”  sigue formando enfermeras diplomadas. Y muchas materias que en su momento fueron casi “un invento” de la Grierson: la kinesiología, la accidentología, la psicología ; se consideran imprescindibles en la medicina actual.
Cecilia no fue sólo la primera médica mujer de la Argentina, sino una gran luchadora, por hacer CRECER Y VALER sus derechos, en una sociedad que se los NEGABA.




 Este texto corresponde al libro: “VIDAS PERPENDICULARES. Veinte  biografías de personajes célebres”.  Autora:  Ana María Shua, 2001 y 2008.


¿Y ?... SORPRENDENTE HISTORIA,  ¿VERDAD?
SU VIDA MOTIVÓ A GOOGLE A HOMENAJEARLA EN EL DÍA DE SU NACIMIENTO.

Historias como las de Cecilia nos llenan de orgullo y deben motivarnos a mejorar nuestro compromiso con lo que "SOMOS", lo que "PODEMOS" y lo que "APORTAMOS" al lugar donde vivimos.
¿ Y VOS QUÉ OPINÁS?

3 comentarios:

  1. YO OPINO QUE FUE UNA SEÑORA MUY TRABAJADORA Y UNA INSPIRACIÓN PARA EL MUNDO.

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  2. cuando nacio cecilia grierson?

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    1. respondan porfavor, solo tienen que apretar donde dice Responder

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